Me llamo Legión, porque somos muchos. Delante del espíritu delincuente y perturbado, Él era solamente uno. Sin embargo, el interlocutor, que se denominaba Legión, representaba una mayoría abrumadora personificada en una masa de intenciones inferiores y criminales. El Maestro revelaba que, durante un tiempo, el bien permanecería en porción diminuta. Pero ahora, con la llegada del alba, la luz se asoma y las flores que adornarán la vida del hombre comienzan a germinar.