El Error Número Uno que Todos los Artistas Cometemos (y Cómo Evitarlo)
Hoy vamos a hablar de un problema que muchos artistas enfrentamos: la falta de perseverancia. Vivimos en un mundo donde todo está al alcance de un clic y la gratificación instantánea es la norma. Desde que comencé a enseñar arte figurativo en 2004-5, he visto cómo esto afecta a muchos de mis estudiantes. Y quiero hablarles sobre esto porque creo que es uno de los mayores obstáculos que enfrentamos hoy en día en el campo del arte.
Imagina esto: un estudiante talentoso se sienta frente a su lienzo, lleno de ideas y entusiasmo. Comienza a trabajar, pero después de unas horas, el progreso es lento. No ve resultados inmediatos. Frustrado, abandona el proyecto y pasa a otra cosa. Esta escena se repite una y otra vez. ¿Les suena familiar?
La perseverancia es crucial para desarrollar habilidades técnicas en el arte figurativo. Dibujar, pintar, esculpir, todas estas disciplinas requieren práctica constante y repetida. No hay atajos. Sin paciencia, el desarrollo de estas habilidades se queda en la superficie. Y sin una base sólida, avanzar hacia niveles más complejos de expresión artística se vuelve casi imposible.
La impaciencia puede llevar a la frustración y al abandono prematuro. El arte es un proceso iterativo lleno de errores y correcciones. Pero en una cultura que valora la inmediatez, la falta de progreso rápido puede ser desalentadora. Muchos estudiantes, al no ver resultados inmediatos, se desaniman y abandonan sus proyectos antes de alcanzar su verdadero potencial.
Además, esta falta puede resultar en obras que, aunque visualmente atractivas, carecen de profundidad conceptual y emocional. La creación artística profunda requiere tiempo para la reflexión y el desarrollo de ideas. La prisa impide que los estudiantes exploren completamente sus temasy conceptos, resultando en arte que no comunica plenamente su intención.
Entonces, ¿cómo podemos cultivar esta virtud en el arte en esta era de la inmediatez? Aquí van algunas de las practicas que yo he aplicado a mi rutina:
Hacer consciente el proceso de respiración puede ayudarnos a centrarnos en el presente y desarrollar una mayor tolerancia a la espera. Con la práctica, también puedes reducir la ansiedad y fomentar una actitud más paciente y reflexiva hacia el proceso creativo.
Dividir proyectos grandes en tareas más pequeñas y manejables nos permite ver progreso constante, manteniéndonos motivados. Celebrar los pequeños logros en el camino refuerza la idea de que el progreso se construye paso a paso. Por ejemplo, trabajo por jornadas de 2 a 3 horas en cada proyecto, enfocándome en diferentes aspectos cada día.
Investigar y conocer los procesos de los maestros que admiramos, las dificultades y el tiempo que los grandes artistas invirtieron en sus obras maestras puede proporcionar una perspectiva valiosa y motivarnos a persistir en nuestro propio camino.
Crear una rutina regular de trabajo artístico puede ayudar a construir paciencia. La constancia en la práctica diaria, aunque sea por periodos cortos, se acumula en progreso significativo a lo largo del tiempo. Mi rutina incluye trabajar como diseñador durante el día y dedicarme a la pintura en las tardes y noches.
Crear un espacio de trabajo libre de distracciones fomenta una mayor concentración y paciencia. Aunque admito que yo mismo lucho con esto, es una práctica muy útil para mejorar la concentración.
La perseverancia es una virtud esencial en el arte, especialmente en esta época. La próxima vez que te sientas impaciente, recuerda: el arte verdadero requiere tiempo. Cada trazo, cada capa de pintura, cada ajuste en tu escultura es parte de un viaje más grande hacia la creación de algo significativo. Permítete el tiempo para explorar, experimentar y, sobretodo, para disfrutar del proceso. Porque en el arte, como en la vida, las cosas buenas llegan con el tiempo.
Por Carlos Martínez León