El Arte como Búsqueda Interior
Con amor y gratitud, deseo compartir con ustedes un humilde resumen de mi travesía artística hasta el día de hoy.
Aquí, en esta sencilla pared de mi estudio, encuentro plasmado el viaje que ha marcado mi vida desde mis inicios en esta aventura del arte, hasta el presente, una vida consagrada a la educación, la búsqueda artística y más recientemente, a la espiritualidad.
Todo comenzó cuando era apenas un niño de nueve años, inquieto y curioso. En aquellos días, con lápices y papel en mano, tracé mi primer retrato. Hoy entiendo la inocencia y la alegría que encontré en cada trazo de ese primer retrato que sembró la semilla del amor por el arte. El tiempo pasó, y en cada paso de mi trayectoria, encontré enseñanzas y desafíos que me forjaron como artista y ser humano. Cada pincelada, cada lienzo, cada dibujo, era una oportunidad para conectarme con mi esencia y compartir con el mundo mis más profundos sentimientos y visiones. No obstante, en medio de mi camino artístico, un llamado misterioso se hizo presente en mi corazón. Una voz interior me condujo hacia la senda espiritual, hacia el conocimiento de lo eterno y lo trascendente. Así, como un río que encuentra su cauce, mi arte y mi espiritualidad se entrelazaron, y entendí que la pintura comenzó a ser para mí un puente hacia la comprensión de la existencia.
Hoy, miro con alegría y gratitud la pared de mi estudio, donde los retazos de mi historia se entrelazan con transparencias e impastos. Cada obra representa un fragmento del viaje que me ha llevado a este punto, y también es un recordatorio de que el camino aún se extiende hacia el horizonte infinito.
Aspiro a seguir sumando etapas a esta pared, que es también el mural de mi alma en constante evolución.
Agradezco profundamente a todos aquellos que han sido parte de mi camino, quienes han apoyado mi proceso y han sido testigos de mi desarrollo como artista.
Que la luz del arte ilumine vuestro sendero, y que nuestros corazones encuentren la paz y el amor que siempre anhelamos.
Con cariño y gratitud.
Carlos